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¿Qué hago si mi bebé no quiere papilla?

    Un bebé que llora se niega a comer.

    Desde el momento en el que nacen, los bebés están acostumbrados a tomar leche, bien sea leche materna o de fórmula. Así que cuando llegamos al momento de empezar la alimentación complementaria, y además de leche vamos a darle papillas, a veces nos encontramos con problemas de rechazo.

    Hay que tener en cuenta que el paso de tomar solamente leche a tomar papillas es un cambio importante en cuanto a textura y sabor. No todos los bebés se adaptan con la misma facilidad, ni tampoco a la nueva forma de comer con utensilios. No es lo mismo el trabajo de succión necesario para ingerir la leche del pecho o del biberón, que aprender a comer de una cuchara.

    Muchos bebés aceptan este cambio de forma tranquila, incluso con curiosidad y de buen grado, pero hay otros que rechazan los nuevos alimentos y responden cerrando la boca herméticamente al ver la cuchara.

    ¿Por qué ocurre esto? Pues como todo en el desarrollo del bebé no existe una única respuesta. Cada bebé sigue un patrón de desarrollo diferente, y su maduración no es exactamente igual a la de otro bebé de la misma edad. Es posible que ese rechazo venga porque no es el momento todavía para él para tomar papilla, o simplemente que le cuesta un poco aceptar el cambio. Puede ocurrir también que el rechazo se deba a alguna molestia relacionada, como algún diente que está saliendo o dolor de garganta, por ejemplo. Observar al peque y sus reacciones, es siempre una buena forma de obtener información.

    Bebé rechaza triturados

    Qué puedes hacer si tu bebé no quiere papilla

    Lo primero que hay que hacer es no desesperar. Tendremos que armarnos de paciencia y probar diferentes métodos. De todas formas, en este momento la leche sigue siendo el alimento fundamental, así que seguirá bien nutrido mientras siga tomado su leche habitual. En los primeros meses de alimentación complementaria, debemos recordar que esta es más un aprendizaje en sí que un tema nutricional.

    • Siempre que hay un rechazo en temas de alimentación es importante no forzar. Espera unos días y vuelve a presentarle la cuchara con algún tipo de alimento que pueda probar con ella.
    • Siempre ofrecer de forma positiva, asociándolo a un tipo de juego, y en un ambiente tranquilo y relajado, porque será mucho más motivador para el bebé.
    • Presta atención a la cuchara con que le ofreces la papilla. Elegir la cuchara adecuada puede ser determinante. Las cucharas metálicas no suelen ser de su agrado y una con un tacto más agradable, y con forma más redondeada que recoja bien el alimento, puede dar mejores resultados.
    • Déjale jugar con su comida. Ponle el puré o papilla en un plato que no se rompa y déjalo a su alcance. Es probable que meta las manos y luego se las lleve a la boca. Comerá poco y se manchará muchísimo (y también el suelo y las paredes). Pero si piensa que la comida es divertida estará más dispuesto a probar lo que le ofrezcas.
    • Déjale experimentar con la cuchara para que empiece a asociar que tiene que hacer un trabajo diferente para poder comer con ella. Ponle un plato, una cuchara y un babero entre sus juguetes. Que pueda jugar y familiarizarse con ellos más allá del momento de la comida.
    • No asociarlo a distracciones del tipo juguetes, televisión, etc… La alimentación de nuestro hijo es una cuestión de nutrición pero también de adquirir hábitos saludables básicos que le acompañarán toda su vida

    Si no somos insistentes pero somos constantes, lo habitual es que el bebé se vaya acostumbrando al cambio y acepte probar comida con otras texturas diferentes a la leche.

    Mi bebé antes tomaba papilla, pero ahora la rechaza.

    Esta es otra variante de rechazo. Puede ocurrir también que el niño que ya toma papillas desde hace unos meses, de repente decida que ya no las quiere tomar más. Es un hecho que sorprende pero que ocurre con bastante frecuencia. ¿Qué hacer entonces? Podemos probar varias cosas:

    • Cambiarle el tipo de alimento, o introducir variaciones en la manera en la que está cocinado, incluso alguna diferencia en la textura. De esta forma le estamos ofreciendo sabores nuevos y estimulando su curiosidad.
    • Darle alimentos sólidos, o semisólidos, de forma que él mismo pueda coger con la mano y llevárselo a la boca. Esto sería un método que se conoce como Baby Led Weaning. No es necesario llevarlo a la práctica al completo si no es nuestra decisión inicial, pero puede hacerse de forma puntual o mixta. Se pude probar con algún tipo de alimento que nos dé confianza y que a su vez provoque el efecto de curiosidad por la comida que queremos despertar en el niño. Trocitos de algo blandito, patata o zanahoria cocida aplastada, por ejemplo, puede ser algo fácil de preparar y aceptar.

    Normalmente, este tipo de rechazos no se suelen prolongar demasiado en el tiempo, por lo que no suelen generar problemas nutricionales. En el caso de que el rechazo se mantenga, entonces sí ya es conveniente consultar con el pediatra para que valore si existe algún problema de fondo que no le deja avanza en su desarrollo, o si es necesario algún complemento nutricional.

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