El tomate frito es una de las salsas preferidas de niños y bebés ¡a todos les encanta su sabor!. Es una salsa que se puede usar con cientos de platos: pasta, pizza, arroz, albóndigas, guisos… y que además es súper saludable porque tiene un gran contenido en vitamina A, licopeno y otros antioxidantes.
Aunque se puede comprar fácilmente en cualquier supermercado, verás que la salsa casera tiene un sabor insuperable. Si la haces en casa además controlarás la calidad de los ingredientes y la cantidad de sal y azúcar.
Cómo hacer salsa de tomate frito para niños
- Lava el pimiento y córtalo en trocitos pequeños, pica la cebolla y el diente de ajo.
- Pon la cebolla, el pimiento y el ajo a pochar en una cazuela con un chorrito de aceite de oliva. Cocínalos a fuego lento durante unos 15 minutos, removiendo de vez en cuando.
- Corta los tomates en gajos o dados y échalos a la cazuela. Añade también otro chorro de aceite de oliva.
- Cocina todo a fuego medio durante una hora, removiendo de vez en cuando. Pon una tapadera a la cazuela porque suele salpicar y así evitas manchar toda la cocina.
- Cuando falten 15 minutos para terminar la cocción añade la cucharadita de azúcar. En realidad es opcional pero es muy poca cantidad y la recomendamos para rectificar la acidez del tomate.
- Cuando ya esté frito el tomate, ponemos todo en el vaso de la batidora y trituramos bien, hasta que no queden tropezones. Después pasa la salsa por un colador fino, así quedará más fina y sin restos de piel y semillas.
- ¡Ya está listo! Puedes poner una cucharada abundante en cualquier plato o conservarlo para otro día.
Trucos y consejos
- Aunque es más lento podéis usar un pasapurés para triturar los tomates. La piel y las pepitas se quedarán en el pasapurés y no hará falta colarla.
- Si después de triturar la salsa queda muy líquida, sólo hay que ponerla otro rato al fuego hasta que se evapore el agua. Cuanto más concentrada quede más sabor tendrá.
- Para hacer esta salsa es mejor usar tomates carnosos y muy maduros. Nosotros en casa casi siempre usamos tomates pera, pero otras variedades que hacen buena salsa son el tomate Roma y el corazón de buey.
- La salsa de tomate se puede conservar fácilmente congelada en tápers, tarros de cristal o cubiteras.