Este es uno de los pocos purés (si no el único) que le sirvo a mis hijos y piden repetir. Y es que esta combinación de calabacín, zanahoria y cebolla tiene un sabor delicioso, que nunca esperarías de unos ingredientes tan básicos. Además, tanto la zanahoria como el calabacín aportan vitaminas (A, B y C) y minerales (potasio, calcio, fósforo, hierro) indicados para el desarrollo del peque.
Cómo hacer crema de calabacín y zanahoria
- Pela la cebolla y la zanahoria. Lava bien el calabacín, deja la piel para dar más sabor, color y nutrientes al puré. Trocea todo en rodajas.
- Pon todas las verduras en una cazuela a fuego medio y cúbrelas con agua. Cuando empiece a hervir deja cocer hasta que estén tiernas (unos 20 minutos), revisando de vez en cuando si necesitan más agua. Si lo haces en olla exprés bastará con dejarlas cocer 5 minutos.
- Cuando todas las verduras estén blanditas escúrrelas y ponlas en el vaso de la batidora, tritúralas añadiendo poco a poco el caldo de la cocción hasta conseguir una textura suave.
- Sirve una ración en un plato, añade un chorrito de aceite de oliva virgen extra y remueve bien. ¡Y ya está listo para que tu peque no deje ni gota en el plato!
Trucos y consejos
- Usa puerro en lugar de cebolla para un sabor más suave.
- En lugar de triturar con la batidora, si tu bebé acepta encontrarse pequeños trocitos aplasta las verduras cocidas con un tenedor. Así quedará un puré con un toque rústico, para que los niños empiecen ya a notar su textura y entrenen la masticación.
- Para cocer las verduras, sólo hace falta poner agua hasta cubrirlas y así conservan mejor todos sus nutrientes.
- Con estas cantidades sale puré para varias raciones. Puedes conservar lo que sobra en el congelador para otro día ¡Es muy práctico!.