El pollo guisado queda muy rico y tierno, y por eso los niños lo comen con facilidad. Si además lo acompañamos con unas patatas tenemos un plato súper completo. Es fácil de hacer y una gran opción cuando necesitas un plato único ¡Pruébalo!.
Como hacer el guiso de pollo con patatas
- Pica la cebolla y el diente de ajo y sofríelos con un chorrito de aceite en una cazuela.
- Mientras se hace la cebolla limpia el pollo de restos de plumas y trozos de grasa.
- Cuando la cebolla esté dorada añade el pollo y remuévelo durante unos minutos a fuego medio, hasta que el exterior pierda el color rosado de la carne cruda.
- Una vez que el pollo esté hecho por fuera, añade agua o caldo de verduras hasta cubrirlo y deja que cueza durante 20 minutos. Lo cocemos antes para que quede súper tierno.
- Mientras se cuece el pollo pela las patatas y las zanahorias. Corta las zanahorias en rodajas y chasca las patatas en trozos.
- Pasados los 20 minutos añade las patatas y zanahorias a la cazuela, añadiendo más caldo o agua hasta que queden cubiertas. Remueve bien y deja que cueza todo a fuego medio otros 15 minutos.
- Cuando las patatas estén tiernas ya está listo el guiso. Sirve una porción en un plato y ¡a disfrutar!
Trucos y consejos
- Como todos los guisos, está más rico de un día para otro.
- Otras verduras que puedes añadir son calabacín, calabaza, guisantes, judías verdes, etc.
- Para los bebés, desmiga el pollo con las manos, machaca la patata y la zanahoria con un tenedor, añade un par de cucharadas de la salsa y mézclalo todo. Queda como un puré grueso con textura y lo comen muy bien.
- Para que el guiso tenga más sabor compra un buen pollo, campero o de corral. También puedes usar caldo de carne.
- Por si no lo sabías «chascar las patatas» es una técnica con la que no cortas completamente cada trozo con el cuchillo, sino que cortas un poco y rompes la patata haciendo palanca. Así consigues un corte irregular que libera el almidón de la patata al cocinarse y actúa como un espesante natural sin necesidad de añadir harina.